jueves, 10 de octubre de 2013

Lo que cambiaría de mi pueblo


Siempre hablo de las cosas buenas del medio rural, de lo que me aporta y ha aportado, de las potencialidades que en él veo, pero creo que pocas veces he comentado en voz alta lo que cambiaría de él o, más aún, lo que no me gusta nada de la vida rural.

¿Qué cambiarías de tu pueblo?
IMAGEN: ZONA RURAL.



¿Que qué cambiaría de mi pueblo?

  • El cotilleo es uno de los 'deportes' nacionales, todos lo sabemos, pero cuando vives en una zona rural 'padeces' un afán de inmiscuirse en la vida ajena más pronunciado. Dicho de otra forma, la gente -sean o no tus vecinos cercanos- se "mete en lo que no le llaman" y conocen detalles de tu vida que roza el espionaje.
  • Los habitantes del medio rural se toman una confianza excesiva para algunas cosas. No me entendáis mal. La confianza es buena para muchas cosas; te aporta seguridad, te hace sentirte más acompañad@. Pero, de ahí a dar por hecho cosas, creer que conocerse es ser amigos (con todos los derechos de ello derivados), sentirse con derecho a opinar o darte consejos sin interés de la otra parte y, lo peor, exigirte favores de los que te ponen en un aprieto... No, eso no me gusta nada de mi pueblo.
  • La desigualdad es mayor. No me gusta generalizar, pero me consta que en la amplia mayoría de las zonas rurales las diferencias sociales, culturales, económicas, formativas, etc. entre hombres y mujeres son notorias y más graves que las de las sociedades urbanas. En mi pueblo -y en casi todos- las mujeres siguen siendo juzgadas y tratadas de forma diferente, siguen optando a puestos diferentes y peores a los de los hombres, siguen sufriendo unas exigencias sociales, domésticas, familiares distintas e injustas. Que en las ciudades también ocurre eso, ¡por supuesto! Pero en mucha menor medida.
  • Los avances, las nuevas tendencias, las mejoras tecnológicas y/o sociales, las infraestructuras... muchas cosas buenas y positivas que mejoran la vida de las personas y les facilitan el día a día tardan, por lo general, bastante en llegar a las zonas rurales. Muchas veces por circunstancias, políticas, prioridades... ajenas a la sociedad rural, pero también en muchas otras ocasiones por recelo, desconfianza, dejadez, desconocimento, etc.
  • Mi casa es mi intimidad. Hasta ahí estamos tod@s de acuerdo ¿no? Pues en el pueblo, con frecuencia ese tándem de hogar-vida privada desaparece. Supongo que la cercanía, las relaciones más estrechas, que en los pueblos todo el mundo se conoce (como se suele decir)... ayud.a a que esa línea desaparezca con relativa facilidad. Pero, en mi opinión, mi casa es territorio privado.Ahí no valen visitas a horas intempestivas para hacer una simple consulta que bien me puedes hacer en la calle a las 11 de la mañana. En mi casa sólo entra quien yo quiero, lo cual no quiere decir que tenga que tener las persianas cerradas a cal y canto para no sentir 'mirones' más o menos ocasionales, ni que tengas que pasar del umbral del portal para informarme de algo. Mi casa no es mi trabajo: si me buscas en ella que sea para algo que tenga que ver conmigo como vecino, no como trabajador o profesional de tal o cual sitio que está disponible las 24 horas los 365 días del año. En los pueblos es habitual que, de la calle a tu casa, no haya 'puertas'. Y eso tampoco me gusta de mi pueblo.

Con todo lo dicho, no quiero decir que no sea feliz con mi vida rural. ¡Me encanta saber que en cinco minutos estoy en pleno monte! ¡Flipo con la cercanía con la que tengo el cole de mis niños, el centro de salud o el súper! ¡Presumo de los precios de muchos servicios y productos que en la ciudad son impensables y que, ademas, en mi pueblo, son suficientes para cubrir la demanda existente mientras que en las urbes hay que rifárselos!

Pero, lo cortés no quita lo valiente. Y sigo diciendo que hay algunas cosas que cambiaría de mi pueblo.


6 comentarios:

  1. Desde luego, el "cotilleo" muy bien ubicado en primer lugar :))) Buen post, enhorabuena!

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  2. Jejé! Es inevitable no mencionarlo Rosa... Lo vivo todos los días. Aunque se sobrelleva ;-) ¡Un saludo y gracias por visitarme!

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  3. Comparto lo de la intimidad, en mi pueblo cuando dicen ¿se pueedee?, ya están en la cocina

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  4. :-) Cómo me alivia saber que no soy la única a la que le molestan ciertas cosas... ¡Un saludo Myriam y gracias por conversar!

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  5. Ni se te ocurra en mi pueblo emprender algún negocio que pueda competir o perjudicar en algo a alguien. El pescado está vendido ya. Te la juegas y mucho

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  6. Uy! Un tema complicado desde luego. Y además en cierto modo también estoy viviendo eso que dices. Da igual si tienes más cualificación, mejores ideas, más aptitudes... cría fama y échate a dormir. Lo malo es para los que ni siquiera tienen oportunidad de hacerse con fama o demostrar su profesionalidad.

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